El Parlamento Europeo inicia averiguación antimonopolio sobre la competencia en Idc

Desde que Kevin Aston acuñó el término Internet de las Cosas (IdC) en el año 1999, este segmento tecnológico se ha desarrollado exponencialmente, estando presentes en nuestras vidas al punto de pasar desapercibidos.

El creciente uso de objetos conectados a internet e interactuando entre sí mediante aplicaciones, han generado ruido por ser proclive a violar mediante su expendio y/o uso, regulaciones admtvas. o de índole penal.

En la Unión Europea el uso creciente de las IdC por parte de ciberdelincuentes ha llamado la atención del Parlamento Europeo en cuyo informe de sesión de 25/7/2017, (Informe A8-0272/2017 p. 7) ha considerado la posibilidad que el hackeo o pirateo informático de las IdC supondría una amenaza concreta para la vida de los seres humanos.

En virtud de ello,  los fabricantes de equipos y desarrolladores de software deben invertir en soluciones de seguridad que impidan los delitos cibernéticos, con arreglo a la legislación de la Unión Europeay a la Directiva de Seguridad de las redes y de la información (SRI).

Pero esto no queda hasta aquí, el 16 de julio de 2020, la Comisión Europea informó en su web site, que inició una investigación antimonopolio sobre la competencia en el sector de las IdC para los productos y servicios (P/S) comercializados en Europa.

La investigación se centrará en los productos y servicios que están conectados a una red y que puedan controlarse a distancia. Tiene como finalidad entender “mejor la naturaleza y los probables efectos de competencia en este sector” y evaluarlos a la luz de las normas antimonopolio de la Unión Europea.

Existen indicios que determinadas prácticas empresariales pueden falsear estructuralmente la competencia. En particular, existen indicaciones relativas a las restricciones del acceso a los datos y la interoperabilidad, así como a determinadas formas de autofavorecimiento y prácticas relacionadas con el uso de las normas de dominio privado.

Los ecosistemas de la Internet de las cosas suelen caracterizarse por fuertes efectos de red y economías de escala, lo que puede traducirse en la rápida aparición de ecosistemas digitales y guardianes de acceso dominantes, y pueden presentar riesgos de ventas o pérdidas.

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